. Existe todo tipo de información en línea, desde lo válido e importante hasta lo más falso y peligroso. El problema es que no es tan fácil distinguir qué es bueno y qué es malo. Los mismos médicos nos perdemos en este mar de información.
Aquí trataremos de resumir algunos tips para saber si lo que encuentro en internet puede ser información confiable.
El sitio debe estar siendo actualizado de manera regular. El artículo debe tener su fecha de edición y, por supuesto, debe estar firmado por un profesional de la salud. Junto a esto, todo sitio confiable debe tener un apartado de “Acerca de” o “Quiénes somos”, donde debe venir toda la información de quiénes son los autores, quiénes publican, qué especialidad tienen, dónde trabajan, etc.
El sitio debe fundamentar su información con fuentes y referencias. Lo mejor es que existan enlaces desde el sitio hacia los estudios originales. Hay que tener cuidado con la información que se basa sólo en testimonios o anécdotas ya que, aunque llegan a ser dramáticos, pueden ser muy subjetivos, tener intereses de por medio, o simplemente ser falsos. Cuidado con los tratamientos mágicos con “miles” de pacientes satisfechos y entrevistas impactantes.
Los sitios de noticias tienden a escoger lo más llamativo, matizan la información a su conveniencia para captar la atención del lector, y casi nunca ponen enlaces hacia la fuente o artículo original.
Ningún sitio de internet debe anunciarse como reemplazo de una consulta médica, ni recomendar tratamientos sin consultar a un médico.
No está por demás verificar la información en 2 o 3 sitios que tengan las características anteriores.
Finalmente, una manera rápida de saber si el sitio ha pasado por algún control de calidad, estandarizado y reconocido a nivel internacional, es viendo si tiene certificaciones como el HONCode. El HONCode verifica 8 puntos importantes en las páginas de internet que tienen información en salud. Estos puntos abarcan la autoría, las referencias, la actualización, la transparencia, la honestidad, entre otros.